Yo estoy convencida, hay quien no lo está, pero todo depende de
la propia experiencia. En mi caso ha sido en varias ocasiones cuando he podido
cambiar el curso de los acontecimientos que ocurrían dentro del sueño. Y ya no
se trata únicamente de haber acontecido lo que estoy pensando, deseando, o
temiendo en ese momento, sino que, cuando despierto recuerdo la sensación de
haber sido yo la que ha manipulado la parte onírica de mi cerebro.
Freud afirma que nuestros sueños son representaciones de
nuestros miedos, deseos, pasiones...¿ No es esto prueba suficiente para afirmar
que nuestra mente, dependiendo del estado en que se encuentre, reproducirá un
sueño u otro? ¿No se puede entender que a partir de este
punto existe una manipulación indirecta del sueño?
Llegando a esta parte comencé a plantearme acerca de los dos
estados de la mente, el estado consciente y el subconsciente, y elaboré una
teoría sobre estas dos "personalidades" que podemos hallar en nuestro
cerebro, y de las que hablaré en el próximo artículo.
Empecé por investigar sobre estos singulares sueños en los
que podía controlar lo que ocurría, y encontré una teoría bastante interesante;
se trata de los sueños lúcidos, cuyo porcentaje entre la población es menor que
el de un sueño común. Digamos que es un estado mental en el que te encuentras soñando, siendo consciente de ello, lo que te da la habilidad de
manejar los sucesos a voluntad. Son también de ayuda a la hora de mejorar
nuestra vida a través de experiencias o situaciones nuevas que en la realidad seríamos
incapaces de experimentar.
Fue la única teoría que encontré que era capaz de sustentar
algunos pilares de mi idea, pero realmente no los cubría todos; en estos
extraños sueños mi mente no era capaz de cambiar todo a voluntad, solo algunos
pequeños aspectos de la escena, además, en este tipo de representaciones
mentales, mi estado de inseguridad al no saber lo que podía ocurrir permanecía
en todo momento, por lo que no estaba completamente consciente de estar
soñando.
La única conclusión a la que llego es que nuestra capacidad
cerebral es capaz de controlar el subconsciente al igual que controla el cuerpo
a través del auto-convencimiento y la seguridad en uno mismo.
Lo que afirmo en este momento va a contradecir a Sigmund
Freud al especular este, a mediados de 1900, que no somos capaces de manipular o
controlar nuestra mente.
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