arte de Miyazaki

sábado, 31 de enero de 2015

Nuestras dos personalidades

Debemos plantearnos primero una división de la mente, en ella encontramos el subconsciente (que actúa sobre todo en los sueños), y el estado consciente (ligado a nuestro estado habitual).
Nuestro subconsciente, según lo que escribí en el artículo anterior sobre los sueños que son manipulables, puede ser, de esta forma, controlado en cierto grado por nosotros mismos.
Si esto es posible, ¿no significa que en nuestro cerebro existen dos formas de actuación diferentes? Puesto que una puede controlar a la otra deben de haber necesariamente dos, suponiendo que no sean más. Aquí es donde llego a comprender las dos personalidades que guardamos.
Existe un estado en el subconsciente que es capaz de salir incluso cuando estamos despiertos, en ese caso una persona actuará sin ser consciente de estar haciéndolo. Se encuentra en una fase parecida a la REM, y al volver en sí no recuerda nada de lo ocurrido en ese estado. Es posible que nos haya pasado en varias ocasiones, pero poco probable que nos hayamos percatado de ello. Cuando dormidos es además apreciable en los casos de sonambulismo.
Es decir, no sólo podemos subyugar el otro estado a los sueños, sino que de vez en cuando es palpable en el "mundo real". Me aventuraría a decir que algunas enfermedades como la esquizofrenia o la psicosis pueden estar marcadas por esta "otra personalidad". Sin duda una parte del cerebro ha sido dañada, lo que significa, no que sea incapaz de funcionar, sino que funcionará de manera diferente, o incluso, activando algunas zonas cerebrales que personas en un estado de salud mental sano no podrían despertar.
Pero volviendo al tema del "ente" apartado de nosotros, encontramos que esta otra persona no será otro que nosotros mismos. ¿Cómo es esto posible?
Sencillamente el subconsciente va a actuar según nuestros recuerdos y los sentimientos que esos recuerdos nos generan. No es un personalidad completamente distinta a mi porque está formada por todas nuestras vivencias pasadas y mensajes que sólo él puede almacenar, de otra forma, nosotros conscientes no estamos dotados de toda esa información, y sólo una pequeña parte será recordada en la vigilia. Puesto que en nuestra cabeza conviven dos formas diferentes de actuación y recopilación de datos volvemos a dividir la mente en dos personalidades, pero no completamente independientes puesto que se apoyan la una en la otra.
Entendiendo esto seremos capaces de pensar en la capacidad de actuar en los sueños de manera consciente. Digamos que el subconsciente no puede ser subyugado bajo el estado consciente ni viceversa, y al estar relacionados irremediablemente seremos capaces de "actuar" y de "dejar actuar" al otro yo, teniendo en cuenta que esto siempre se llevará a cabo cuando uno de los dos esté en un estado más débil (A la hora del sueño el estado consciente estará más débil, en cambio, en la vigilia, el subconsciente es el que tendrá menos poder de actuación), que puede estar condicionado por diversas razones. Es aquí donde Freud afirmará que las emociones enterradas en la superficie del subconsciente subirán a la superficie consciente durante los sueños, y que recordar fragmentos de estos sueños puede ayudar a despertar los sentimientos enterrados.


Para resumir con una conclusión: el subconsciente será otra parte de nosotros mismos que actuará de manera diferente debido a esos recuerdos que sólo él puede almacenar, pero que sólo recopilará estando, por otra parte, irremediablemente unido a nosotros.

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