Hasta ahora se ha especulado que puede tratarse de una
enfermedad cerebral, un estado de ánimo, o incluso, simples celos hacia una
persona en la que ves todas las cualidades que te gustaría poseer.
Creo sinceramente que el amor tiene varios estados; el primero
es un amor pasional, un estado fugaz que se refiere al momento en que sientes
una atracción fuerte hacia una persona que se acerca a ti de manera más bien
inesperada. Es intenso en un principio, pero poco a poco desaparece. Da la
casualidad de que desparece no cuando estás lejos de esa persona, sino cuando
te encuentras a su lado y comienzas a conocerla. De hecho, en un principio
habías idealizado de forma irremediable a ese individuo al que realmente desconocías,
y después te has dado cuenta, de que esa persona, al igual que todos, tiene sus
defectos. En este periodo de tiempo, a veces largo, y otras corto, en el que la
chispa del principio ha desaparecido, surgen dos caminos: el de dejar de amar a esa persona al haber
comprendido que la magia era tan sólo un estado temporal, o comenzar a
quererle. Hay quien pierde completamente
esa atracción hacia el otro sujeto, llevando a la separación, mientras que
quien lo transforma en algo más profundo se percata de que, aún sin ser la
persona imaginada, sí es con la que querrá pasar el resto de su vida, porque sus
cualidades serán más que sus defectos.
Se forma así un vínculo de amor pasivo, menos carnal, pero
más profundo, que se enfoca sobre todo en un amor familiar y deja escapar la
fugacidad del flechazo. Comienza a desarrollarse cuando la familia aumenta con
el nacimiento de los hijos y los nietos, uniéndolos más en esa dependencia de
pareja y el compromiso establecido.
Siendo así esto, y llegados a este punto, este tipo de amor
no es puesto a subestimar. El amor será varias cosas unidas en nuestra mente
debido a la complejidad del cerebro humano. Por un lado lo formarán los celos,
que llevan a la admiración y a la atracción hacia el otro sujeto; también se caracterizará por un estado de
ánimo de la mente, que al segregar las hormonas tiroideas incrementa la
sensibilidad del cuerpo y el desarrollo de la adrenalina. Y la pregunta que me
hago habitualmente es ¿Sería posible calificarlo de enfermedad? Sin duda tiene
aspectos que la ciencia debería aprobar como signos de trastorno mental debido
a que en ocasiones se producen reacciones exageradas que llevan a actuaciones
peligrosas o que podrían tildarse de locas, pero resulta que en nuestro mundo
existen una serie de elementos que hallamos en nosotros llamados emociones
humanas, y que tienen que ver de manera directa con este sentimiento amoroso,
puesto que el amor es una emoción, la emoción por excelencia.
Una enfermedad lleva al mal funcionamiento de un elemento en
concreto de nuestro cuerpo, y este término siempre lo encontraremos referido a oraciones
peyorativas. Sin embargo, y a pesar de ser la fuente de numerosos problemas
debido a su naturaleza de desencadenante emocional , el amor es, sin lugar a
dudas, la fuerza más necesaria con la que contamos.
Porque ciertamente, el amor es lo que moverá el mundo. No
sólo el amor hacia la familia, los amigos, o la pareja, sino el amor hacia la
vida. El amor que sientes cada mañana cuando te despiertas y sabes que estás vivo es el que te ayuda a
levantarte y emprender tu camino, sea cual sea. Por eso, el amor a uno mismo es
el más importante, sin él eres incapaz de ver la realidad que te rodea. Y si
esto es así, si se trata de un elemento que forma parte de algo tan importante
como la vida misma, será imposible comprenderlo como enfermedad. Sí en cambio,
reiterándome en mis palabras anteriores, como la fuerza que despierta y mueve
el mundo.